1. |
En mi rincón
02:30
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La noche dejó nada nuevo en mi sucio rincón,
del “no quiero y no puedo”,
a ochenta y tres mil miserias.
Carne de cañón, ensalada de mortero, amor,
calles que son tropiezos…
para quien se arrastra por ellas.
Fondeado en esta ría
que me asfixia y que me alienta,
que ha visto mejores días.
Que se sabe malherida,
que agoniza y no se queja,
que se ventila asistida.
Pero que no, que aún no revienta.
Arrabio y rencor, esperanzas gaseadas con benzol,
subsidios que ahogan quejas,
sabéis dónde esta la puerta.
Yonquis de escalón, apurando brindis al sol,
mañana aún queda lejos
y esperar nunca compensa…
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2. |
Yo qué sé
02:56
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El viento soplaba frío,
y yo de lao a lao,
callado, que nadie note...
no puedo ni hablar.
Y esa amarga miel en mi garganta.
Suplico al sol que no me deje,
no quisiera enloquecer,
ni aullar a voces, ni en silencio,
ni en trocitos de papel.
Qué grueso el nudo al tragar,
llorando al sonreír,
que el cuento acabe bien es lo importante.
Morderme el alma desgastada,
de no soltar.
Hasta que pueda maldecir,
hasta que bese extraño al día
que parece no llegar.
Un beso sin sabor
de fingir como un cabrón,
de amor propio a media asta,
de la pose tan normal.
Pesadilla al despertar.
Los huesos cargan como pueden,
deambular por no parar,
pa no aislarme en el silencio
que silba una canción que parece hermosa...
Si voy me quedo
y a vosotros...yo qué sé.
Si voy me quedo
¡allá vosotros!
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3. |
Ojalá
03:49
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Hace tiempo que no cuento la verdad,
¿a quién voy a contarle?
Que es muy difícil aprender a caminar
y no quiero agarrarme.
Ya tan viejo y tan gastado este disfraz,
y el baile empieza tarde.
¿Dónde se han metido todos los demás?
¿Que ya no queda nadie?
¿A quién le importa si ya no salgo a bailar?
¿A quién le puede importar?
Y si el tiempo va marcando su compás,
ya sólo queda esperar.
Puedo escribir los versos más tristes,
esta noche puedo escribirlos.
Algo así como: "Yo la quise
y a veces ella también me quiso".
Ojalá esta noche sueñes conmigo
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4. |
Nunca más
02:34
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No lloraré ni en broma,
no lloraré nunca más.
Burla cruel, diaria y a callar,
masticar en silencio,
y un espejo cómplice
de los demás…
La cabeza gacha y al final
la frente en el suelo.
Un día de sol y en tus ojos
aún sigue lloviendo.
Masticar cristales
No lloraré, no lloraré.
Despojado ya del corazón,
arrancado el juicio de valor,
y lo aprendido a hostias.
Al final no sé para qué luchar,
si total llevan las de ganar:
mejor seré uno de ellos.
Reiré cuando toque reír,
hablaré más fuerte.
Escupiré arrogancia al caminar:
no lloraré ni en broma.
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5. |
Para el desorden
02:52
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Una muestra de rebeldía
bajo un uniforme.
Un permiso legal
para el desorden.
Una bonita sonrisa,
labios de color rosa,
y los guardianes hambrientos,
atentos a cualquier cosa.
Que me acaricien el alma
las lágrimas ajenas.
Tan ajeno como ahora
he decidido ser yo.
Y ahora el espejo no suelta el reflejo,
no quiere verte nunca más.
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6. |
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Tenía un caparazón forrado entero, de celo y cobardía.
Y meter la cabeza cada vez que olía aguacero,
creí que servía.
Me alimentaba de ayer y estaba bueno, mañana ya vendría.
Me empachó tanto hueso, búscate amigo otro perro,
que éste se pira.
No entiendo porqué siempre he de ser yo
el que encaja los palos.
El que pide disculpas en un pisotón,
si tengo el pie debajo.
No hay mucho sitio ya en mi tragadero, rebosa cualquier día.
¿Quieres ser tú la gota? Yo seré el vaso lleno,
¿riegas o achicas?
La siguiente patada entre los huevos, me va cambiar la vida.
Sé morder y puedo volverme muy, muy fiero,
si se me excita.
Y hasta aquí llegó mi condición de esclavo de esclavos.
Voy a darle un trago a esta poción y mira lo que hago.
Acabo de abrir el redil a mis demonios, echa a correr…
Arrugaré el entrecejo, detrás van tus morros,
no sé perder.
Enfrente tienes un hombre nuevo, ya no quedan mejillas.
Híncate, que hoy ha muerto, el tonto que albergué dentro,
deja familia.
Hay funeral, pastas y sacramentos,con hostias incluidas.
Pásate, trae la vela, que el cirio se monta luego,
verás que risas.
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7. |
A nuestros pies
02:13
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Estaba roto, sin consuelo,
vomitaba frustración.
Destrozaba mi cabeza,
colocón tras colocón.
Escupí los sentimientos
que no iba a utilizar.
El amor que te pedía
no me lo podías dar.
Yo pensaba en tu cuerpo
y el invierno se acabó.
Cuando quise enamorarme
me faltaba el corazón.
Vimos luna, sol y estrellas
postradas a nuestros pies:
las rompí con la cabeza
y ya no te he vuelto a ver.
Y aunque vieses mucha gente
estabas mirando mal,
todo era de mentira
sólo yo era de verdad.
Te comía despacito
no importaba nada más.
Ahora es tarde y aunque joda
no he vuelto a verte jamás.
Pudimos poner
el mundo entero a nuestros pies,
pero salimos corriendo
¡a escondernos otra vez!
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8. |
Niña calamidad
03:52
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Como ese huracán al que suelen preceder ,
tantas calmas que sofocan.
Golpeaste tú dentro del bar aquel:
“Hola, ¿qué tal? ¡ Para quieta!”
Polvorín al calor del neón y, a tus pies,
todas las mechas son pocas.
Química en tu arsenal, hormonas, ingenuidad,
que derriten lo que tocan.
Como ese incendio sin control que se siente tan bien
cuando encuentra hierba seca.
Va volviendo de todo, trae sitio para más,
sólo estar sola le aterra.
Como ese temblor que azota de cuando en vez,
tantas costas, tan resecas.
Adicta a desconectar, ya habrá tiempo de llorar,
“los martes siempre me enferman”.
Coleccionista de muescas que forra en piel
con el carnet de un colega.
Sismo hecho necedad, niña calamidad,
de madrugadas eternas.
Como ese volcán incapaz de retener
la energía que le sobra.
Transforma tu risa en Pompeya este Avilés.
Y no eres tú, no: “quizá las setas”.
Ocho mil tentador que ha visto amanecer
cien veces vacías sus rocas.
Cumbre sin coronar, tan dulce y puta a la par,
aspirando siempre a otra cosa.
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9. |
La gota
02:53
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Una gota de caramelo
en un espejo que no tiene reflejo,
y unos niños que juegan
a sentirse libres por dentro,
demasiado dentro.
Se están quemando en un fuego
que arde entre mucho dinero,
¿y les gusta quemarse
o es simplemente un juego
para sentirse libres por dentro?
Vigilando a la luna,
sintiendo que el sol ha muerto.
Las estrellas no hablan
de unos niños comiéndose sus miedos.
Esto pasó tiempo atrás
y hoy llenamos
de lágrimas sus tumbas.
Sabemos que no fue casualidad,
fueron bozales dirigidos.
Elegir entre el suelo o el cielo,
en el suelo la gente se pisa;
pero el cielo sigue estando muy lejos,
demasiado lejos.
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10. |
Horas y litros
02:38
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Póngame otra primavera envuelta para regalo,
y cárguela a mi condena de borracho solitario.
Que horas y litros de mí ya no apaciguan mi alma.
Que esta ciudad hoy escuchemi plegaria a mano armada.
Otro equilibrista en el suicidio cotidiano, dirás.
Un prófugo más de la implacable lucidez.
Pero yo hoy me haré el rey de un mundo extraño,
si con el pecho abierto engaño a mi vértigo en este alambre.
Me he vuelto antibalas juego a todo o nada.
Dos sístoles por diástole, el tedio mañana.
Me he vuelto antibalas,¿qué importa ahora nada?
Dos sístoles por diástole,el tedio mañana.
Traduzco a mi nuevo idioma los tormentos y los gozos,
y aunque sean tiempos de paz, soy un hombre belicoso.
Que se devora a si mismo empezando por las patas,
que hace que no se enamora casi, casi, dos mañanas.
Y hace tanto tiempo que no arrastro los nudillos,
ni me aporreo el pecho enfrente de otros simios.
Y aunque tal vez, me ponga triste por ti a medias:
tengo el corazón de kevlar y me hace inmune a tus antojos.
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11. |
Y la escribí
04:21
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Y la escribí para ti, una y otra vez,
yo quería que fuera la mejor de todas.
Desafinaba y apestaba a alcohol,
y yo quería que fuera la mejor de todas.
Después fue el viento el que silbó.
y el suelo ahora son hojas muertas.
Tapó su verde y sin dudar
se desnudaron obedientes
Y sin pensar pensó,
nació y murió tan obediente.
El blues que canta el perdedor,
con dos acordes por la inercia,
y un tango para ese bufón
que regala burlas a este invierno.
Y lo intenté te puedo asegurar que lo intenté:
no morir de sed en cada verso,
silbar callado una canción
y no buscarle atajo al desaliento.
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40 Barrotes Asturias, Spain
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